miércoles, 1 de marzo de 2017

LO VULGAR ¿?

Lo cotidiano  se destila en conceptos ordinarios, comunes, valorando u ocultando los caracteres diarios dependientes del punto que ocupes en la sociedad.

Hoy  en día las ciudades compiten por obtener la considerada la mejor arquitectura, la arquitectura espectáculo, aquella que no depende en nada de lo cotidiano y común del ser humano, convirtiéndolas en auténticos parques de atracciones  de edificios parlantes como ocurría y ocurre en Las Vegas[1].

“Del letrero del ascensor, de la gasolinera al aparcamiento,…”[2] todo aquello que es excluido de lo considerado arquitectura, ya que los cimientos de la misma consideran que para alcanzarla hay que buscarla y no hallarla.

Lo contingente y transitorio, a la vez que efímero es lo que se da hoy en día en la multitud de “Slums”[3] que pueblan las periferias de las grandes megaciudades, considerando como su principal arma de auto crecimiento y concepción lo común de sus habitantes.

Y por qué no convertir la arquitectura de lo ordinario en lo extraordinario, apropiándose de las ideas de estos habitantes e instrumentalizando lo cotidiano en actos permanentes de una nueva arquitectura.
Nuestra verdadera arma se encuentra en la observación de lo hallado, respetándolo y tomándolo como nuestro, siendo capaces de adaptarlo a nuestra arquitectura de la sociedad.

Estamos en una nueva era, la era de la socialización y complejidad de culturas y entornos, en la que en muchas ocasiones se rechazan en pro de la considerada auténtica arquitectura. Incluso los entornos más ricos a la vez son auténticos guetos, ya que no representan la auténtica esencia de lo ordinario, convirtiéndose en meras fachas de materiales arbitrarios y ausentes de  historias entrelazadas que permitan crear el guion de una historia usual.


Imagen 1. Barrio de Tondo Manila. Filipinas. Jodesz Gavilán.


[1] Venturi, R., Scott, D. & Izenour, S. (2016). Aprendiendo de Las Vegas. Gustavo Gili: Barcelona.
[2] Walker, E. (2010). Lo ordinario. Gustavo Gili: Barcelona.
[3] Davis, M. (2006). Planeta de ciudades miseria. Akal: Madrid.

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